Después de sufrir una gravísima colisión en el primer día de competición de la Miami Royal Cup el pasado 7 de marzo, el velero Gladiator llegó ayer a Scarlino. El barco del empresario inglés Tony Langley ha luchado contra la lógica y el tiempo y ha conseguido llegar a tiempo para participar en el Rolex TP52 World Championship que se disputa desde el próximo martes y hasta el sábado 20 en aguas de la Toscana.
El accidente del Gladiator en Miami con el Sled, un choque en el que el barco americano metió la proa en la bañera del velero inglés, se convirtió en viral en las redes sociales. La dureza de la colisión hacía presagiar las peores expectativas de que el velero botado este mismo año como Interlodge no iba a ser de la partida en Scarlino. Pero ayer apareció el velero reparado en Marina di Scarlino y listo para la batalla por el mundial de la clase que coincide con la tercera prueba de la temporada 2017 de las 52 SUPER SERIES.
El lunes, cuando los barcos compitan en la regata de entrenamiento, el Gladiator habrá culminado una lucha contra el reloj que muy pocos preveían. Para poner el barco en el agua han hecho falta muchísimas horas de mano de obra para reparar el último diseño de Botín de un TP52, el barco más nuevo de la flota.
La lucha contra el crono empezó ya en Miami donde antes de subir el velero dañado a un barco de carga fue examinado con un sistema de test no destructivo tanto al casco como a la cubierta. Así se descubrieron las áreas del barco dañadas y que tenían que ser reemplazadas nada más llegase el velero a Italia.
El Gladiator, después de superar esos análisis, fue trasladado a Italia donde llegó el 8 de abril. Durante los 25 días que duró el transporte oceánico en el hangar de Persico no se perdió el tiempo.
El astillero italiano se puso en contacto con la empresa Pure Engineering de Nueva Zelanda, la empresa que realizó los estudios estructurales del velero durante su construcción en el otoño pasado. Lo que se hizo fue diseñar las partes del barco que debían ser cambiadas por los daños del accidente. Mientras el barco viajaba, en Persico se fueron construyendo las piezas un poco más grandes de lo necesario para sustituir todo lo dañado. Nada más llegó el velero al astillero las partes nuevas fueron ensambladas perfectamente tras cortarlas al milímetro para que el barco haya quedado perfecto para competir, manteniendo su fortaleza sin añadirle peso extra.
Al final, se ha cambiado el lado de babor del velero desde la popa a 3,5 metros hacia la proa y un metro hacia dentro. Además, se ha colocado un nuevo winche y se ha cambiado parte de uno de los mamparos.
Así se ha conseguido que el barco de Tony Langley esté listo para competir la próxima semana en aguas de Scarlino. Allí competirá con otros nueve barcos por el título de campeón del mundo de la temporada 2017 de la clase TP52 que por primera vez está patrocinado por Rolex. Quantum defiende el título que la pasada temporada logró en aguas de Menorca, mientras que el Azzurra pretende seguir en el liderato de la temporada de 52 SUPER SERIES.